Primer viaje solita. El destino no está muy lejos, unos 40 km: Villavieja de Yeltes. Lo primero que me da la bienvenida es el puente sobre el río Yeltes con un aspecto de película de suspense porque tiene, a su lado, un viejo molino semiderruido y hay niebla.
Lo siguiente que veo es también muy representativo de sus actuales actividades económicas: hay una cantera junto a una explotación ganadera. Y es que en Villavieja de Yeltes la actividad principal es la construcción -con todos sus ramos- y le siguen en importancia las explotaciones de ganadería bovina.
Llego al núcleo del pueblo. Es un municipio extenso pero los edificios de poder se encuentran muy cerca unos de otros: la iglesia de San Pedro Ad Víncula, del s. XV-XVI, en cuya puerta meridional se encuentra el único escudo antiguo; la plaza Mayor de la que parten las principales calles del municipio; el Ayuntamiento; la ermita de Nuestra Señora de los Caballeros, patrona de la villa y de las fiestas que se celebran en su honor a finales de agosto; el colegio Río Yeltes; ...
Pero lo que no hay que dejar de ver en Villavieja de Yeltes es el frontón con su graderío -desgraciadamente ninguna foto de las que hice capta su especial belleza-, los lavaderos -que van a ser restaurados no para lavar sino como estanques-, y las esculturas de hormigón del artista local Ángel Mateos Bernal.
Tengo que agradecer la colaboración de algunos empleados del ayuntamiento, principalmente a Javi y a Carmen. También el alcalde, Salvador, fue muy amable conmigo.
Me hubiese gustado poder presenciar los bailes típicos: el baile del Cordón y el baile de la Rosca, pero intentaré hacerlo el próximo año visitando sus fiestas. El verano que viene no voy a parar. Y no me perderé el hornazo tan rico que hacen y que la ortodoncia por el momento me prohibe.
A la salida me fijé en una curiosa coincidencia y es que Villavieja es un cruce de carreteras hacia muchos pueblos vecinos y el cielo mostraba el rastro cruzado de más de veinte aviones. Parece ser que es un importante lugar de paso en la tierra y en el cielo.
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