Es un pueblo que ya había visitado pero aún así me sigue sorprendiendo su belleza y lo poco explotado y visitado que está. Es un recinto que te traslada a la época medieval en un instante: castillo, murallas, conventos, iglesias en cuyas piedras se ven las marcas de cantería de los distintos canteros que la fabricaron, ermitas, casas antiquístimas, fuentes, antiguo hospital, suelo de rollos, ... y no destaca sólo lo que hay, sino también lo que se intuye que existió, te imaginas las puertas que faltan en la muralla, el patio de armas que se vendió y actualmente está todo edificado, el retablo de Luis Morales que se quemó en el incendio de la iglesia, ...
San Felices de losGallegos está situada en un punto estratégico en las guerras entre Castilla y Portugal, llegando a formar parte de una u otra Corona en distintas ocasiones. Pero en el S. XV pasó a ser parte de la Casa de Alba, sin dejar de ser uno de los enclaves militares estratégicos de la frontera portuguesa.
A la casa de Alba se debe su fiesta más tradicional, el Noveno. El 11 de mayo de 1852 los vecinos de San Felices de los Gallegos le ganaron un pleito a la Casa de Alba para no tener que volver a pagar un noveno de sus rentas anuales al Duque de Alba. Es un acontecimiento que se sigue celebrando el segundo fin de semana de mayo con encierros, capeas y verbenas.
El primer fin de semana de mayo celebran la fiesta de Santa Cruz, donde se venera al Jesús Nazareno, patrón de la Villa.
También representan las Bodas Reales de Don Dionis de Portual y Doña Isabel de Aragón y a la vez celebran un mercado medieval con ambientación.
Pero no puedo terminar esta reseña sin recomendar que si vais a San Felices de los Gallegos compreis pan en la panadería Vicen. Es pan hecho en horno de leña en una panadería en lo que todo se hace de modo tradicional. Doy fe de que está riquísimo.
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