Después de Vinhais estuvimos un día en la oficina volcando las fotos y preparando la siguiente salida: jueves 21 de octubre de 2010 a Bemposta.
Se trataba de una salida cercana y con el incentivo de que íbamos a visitar a nuestros/as siete compañero/as que desde hacía cuatro días trabajaban en la oficina de Bemposta.
El breve viaje implicaba bajar y subir dos puertos pero era territorio conocido, ¡¡cuántas veces habré transitado por el puerto Trabanca-Fermoselle y viceversa!! Y el otro puerto Fermoselle-Bemposta me traía recuerdos con olor a café ...
El Presidente de la Junta de Freguesía se ofreció a acompañarnos por el pueblo como guía turístico. Mientras nos explicaba las particularidades del pueblo, yo iba haciendo fotos de todo lo que veía. Bemposta es un pueblo extenso, con un nucleo antiguo y un poco abandonado y una periferia llena de vistosos chalets. Era como lo recordaba, pero a la vez tan distinto ... le faltaba vida porque yo lo recordaba hace 20 años lleno de tiendas donde los españoles íbamos a comprar café (siempre pasando más kilos de los permitidos, o sea, de contrabando) y ropa de hogar (traíamos el maletero lleno de sábanas, albornoces, toallas, mantelerías, ...).
Visitamos a los compis, comimos con algunos de ellos y de nuevo vuelta a recorrer el pueblo para recoger los últimos datos. Antes de volver a pasar la antigua frontera-aduana paramos a ver la Presa de Bemposta.
La hora a la que fuimos no era la indicada para hacer fotos: había mucho sol y se creaban muchas sombras y es la sensación que me ha dado Bemposta, una población de luces y sombras.
Os dejo unas fotos para que la conozcais.
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