Esta vez no tocaba visitar ningún pueblo. Esta vez había que digitalizar una costumbre común en toda la zona, supongo que con sus particularidades en cada población: la matanza. El día 1 de diciembre fue el día elegido.
Para mí, una chica de ciudad, era una experiencia nueva. El primer paso es matar al cerdo con el cuchillo, que afortunadamente en esta matanza fue un proceso rápido y certero. Luego, una vez muerto, se le cortan las orejas y las manos que pasan a ser escaldadas y limpiadas por las mujeres. Mientras, los hombres se dedican a chamuscar, raspar y limpiar al marrán antes de subirlo al tajo para ser descuartizado.
Una tarea esencial es el de tomar unas muestras del animal y llevarlas al veterinario para que las analice y de la autorización para el consumo de esa carne.
La matanza del cerdo es una costumbre donde se ven claramente diferenciadas la separación de tareas por sexo: los hombres son protagonistas en esta primera parte de la matanza, que requiere fuerza para el manejo del cerdo, pero luego toman el mando las mujeres en la limpieza de las tripas, en el picado y adobo de la carne, en el embutido en las tripas para los salchichones, chorizos, farinatos, gorduras, ... asi como la parte logística de preparar los utensilios y la comida de los participantes.
La matanza antiguamente suponía un gasto grande de agua y el día anterior mujeres y chiquillos se encarban de ir trayendo agua en cántaros desde los pozos, caños, etc. Otra opción era ir a los regatos a lavar las tripas con el frío que suponía para las manos de las mujeres. Ahora el trabajo se ha facilitado un poco con el agua corriente y porque lo hacen con agua calentada a la lumbre. Aunque ello no hace que sea un trabajo fácil.
La matanza es un proceso que lleva un par de días porque la primera noche se deja la carne en adobo y se hace el embutido el segundo día.
Es una costumbre que reune a la familia y amigos en el trabajo pero también en el almuerzo y la comida. Ello invita a las bromas, los chistes, recordar anécdotas, ...
Por ejemplo, me contaron que se ha perdido la tradición de "tirar el tiesto", que era que los chavalillos del pueblo acudían a donde había una matanza a tirar piedras, tejas, un tiesto ... para que salieran y les hiciesen correr o les dieran algo de la probadura.
Son jornadas de trabajo pero también de fiesta. Yo tras esta experiencia pensaba que a lo mejor me hacía vegetariana, pero no, las chichas estaban divinas.
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