Durante una breve temporada, espero, dejaremos de publicar nuevos pueblos visitados. Hoy, 31/12/2010, se nos ha acabado el contrato y no sabemos aún cuándo nos reincorporaremos para seguir buscando tradiciones, monumentos, construcciones tradicionales curiosas, empresas, ... Pero podéis ver los primeros frutos de nuestro trabajo en la web de la AECT Duero-Douro - www.duero-douro.com -.
Tanto Leila como yo hemos disfrutado mucho con el trabajo, con los compañeros, con las personas que hemos conocidos y con nuestra vida en Trabanca.
¡Volveremos! ¡Feliz Año 2011!
viernes, 31 de diciembre de 2010
viernes, 10 de diciembre de 2010
Cerralbo
Cerralbo va a necesitar una visita más porque el martes por la tarde no hice más que llegar y empezó a llover. Hice algunas fotos pero como se desencadenó una tormenta dejé el recorrido de la periferia y del río para otra ocasión.
Pero el paseo sí me dió para fotografiar,bajo el paraguas, los restos del Castillo (s.XV) y del Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles (s.XVI). También pude ver la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario asi como una gran cantidad de cruceros.
Me llamó la atención lo importante que debió ser este pueblo en el pasado para tener tantos restos y tan importantes. Muchos de los restos (flechas, hachas, cerámica, ...) están en el Museo Arqueológico de Lumbrales.
Otro detalle que me gustó mucho es un pequeño jardín botánico que han creado en el centro del pueblo. Este parque tiene muchas especies de árboles, arbustos y plantas, todas ellas con un letrero identificador, rodeando un estanque.
Habrá Cerralbo 2ª parte.
martes, 7 de diciembre de 2010
Saldeana
A pesar de ser un día festivo y lluvioso me animé a recorrer Saldeana. Para llegar a esta localidad hay que pasar por el Puente Resbala y tras unos kilómetros llegas al núcleo del municipio. Suelo empezar el recorrido desde la Iglesia. Aquí tienen la Iglesia de Santiago Apóstol, templo del S. XVI de una única nave, fabricado en sillería de granito y de estilo gótico. En ella está la Virgen del Rosario, la patrona del pueblo.
Caminando por el pueblo encontré la recuperación del Caño La Rebolla, frente al bar Los Cazadores. Es la reconstrucción de el caño y de un espacio donde se recogen pilas y un cigüeñal.
Pero lo más interesante de Saldeana está en sus afueras: el castro "El Castillo" y el merendero "Los Molinos".
Hay un sendero que lleva al Mirador de Los Arribes del Huebra y al Mirador del Fraile y de la Monja, donde pude observar el vuelo de los buitres. El camino te guía hasta los molinos de Arroyo Grande. Son dos molinos recuperados y musealizados donde además se ha creado un merendero.
A 200 metros el sendero desemboca en el camino que lleva a la muralla del castro vetón. Este castro está en un emplazamiento privilegiado, protegido por el barranco del encuentro de los ríos Huebra y Arroyo Grande, tan solo en su lado sudeste tiene que protegerse y es donde se encuentran la muralla y las piedras hincadas. Este castro estuvo habitado al menos hasta el Bajo Imperio Romano.
Caminando por el pueblo encontré la recuperación del Caño La Rebolla, frente al bar Los Cazadores. Es la reconstrucción de el caño y de un espacio donde se recogen pilas y un cigüeñal.
Pero lo más interesante de Saldeana está en sus afueras: el castro "El Castillo" y el merendero "Los Molinos".
Hay un sendero que lleva al Mirador de Los Arribes del Huebra y al Mirador del Fraile y de la Monja, donde pude observar el vuelo de los buitres. El camino te guía hasta los molinos de Arroyo Grande. Son dos molinos recuperados y musealizados donde además se ha creado un merendero.
A 200 metros el sendero desemboca en el camino que lleva a la muralla del castro vetón. Este castro está en un emplazamiento privilegiado, protegido por el barranco del encuentro de los ríos Huebra y Arroyo Grande, tan solo en su lado sudeste tiene que protegerse y es donde se encuentran la muralla y las piedras hincadas. Este castro estuvo habitado al menos hasta el Bajo Imperio Romano.
El Castro de las Merchanas
El Castro de las Merchanas está en el término municipal de Lumbrales. Y es un lugar que merece su propio espacio en este blog.
El sendero que lleva al castro recorre zonas de un gran valor etnográfico: paredes de piedra, chozas de pastores, puentes, molinos de agua ... todo construido como lo hacían los vetones hace miles de años. De esta época (siglo II a.C.) es el Castro de las Merchanas con sus colosales murallas, su zona de piedras hincadas, e incluso con un muro, señal del paso de los romanos por la zona.
El paseo, de fácil acceso y baja dificultad, comienza por un camino donde se ve la arquitectura típica, la arquitectura sin arquitectos: paredes, chozos, etc. Posteriormente los paneles te invitan a que te fijes en el manto vegetal que invade el recorrido: el roble, la encina, el quejigo, el espino albar o majuelo, la zarzamora, ...
Siguiendo el camino se encuentra un mirador donde hay un gran número de paneles explicativos de lo que ves enfrente, un recinto fortificado donde vivían los vetones, pueblo básicamente ganadero y guerrero. Parece ser que en este castro podían vivir aproximadamente unas 100 personas.
Siguiendo el sendero, y antes de llegar al castro, encontramos el Molino del Tío Justo. Es una reconstrucción libre del clásico molino que aprovecha la fuerza del agua del río para moler el trigo y conseguir la harina con la que hacer el pan.
A través de un precioso y curioso puente pasamos el río y llegamos ante las murallas del castro.
Dentro del castro hay una zona donde se ven un gran número de piedras talladas de forma puntiaguda y clavadas en el suelo. Es un sistema defensivo del castro para dificultar el acceso de los atacantes. Esta zona se llama La Estacada y de ella procede el verraco que se exhibe en Lumbrales.
Es un recorrido precioso para otoño, pero seguro que también en otras épocas del año.
Trabanca, la puerta de las Arribes
No debería ser yo quien escribiera sobre Trabanca porque soy hija del pueblo y no voy a ser nada objetiva, pero por otro lado, del equipo que estamos visitando los distintos municipios, soy la que más conoce el pueblo.
Trabanca ha crecido mucho en los últimos años, por lo menos a nivel de repercusión mediática. Era un pueblo que era difícil de ubicar y que no sonaba a nadie y ahora todo el mundo habla de él porque se han hecho y se están haciendo muchas cosas. Es un pueblo dinámico y dinamizador del entorno. Tenemos una Feria de Artesanía en Semana Santa, una Feria Agroalimentaria en agosto, un mercadillo portugués (La Cuenta) cada primer domingo de mes, somos la sede de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero-Douro, se organiza una marcha ecocultural el último domingo de octubre, ... Ello hace que muchísima gente acuda a conocernos y procuramos que se vayan contentos.
Trabanca es la puerta de las Arribes del Duero y tenemos los paisajes característicos en las inmediaciones del río Tormes. Todo el entorno está lleno de robles, encinas, quejigos, tomillo, escobas, ... y en la fauna destaca un importante número de buitres leonados que habitan en las escarpadas laderas del río, pero además hay jabalíes, oropéndolas, nutrias, conejos, perdices, aguilas, alimoches, rapaces nocturnas, ...
También disponemos de un parque temático de construcciones tradicionales, que incluyen reconstrucciones de chozos de pastor, arrimaderos, pocilgas, chiviteros, establo, potro de herrar, carros, pozo y charca (éstos tres últimos originales) y no muy lejos se puede visitar la fragua del pueblo. Destacar que tenemos unas Visitas Teatralizadas de estos dos recintos donde actores reproducen el modo de vida de un pueblo como Trabanca hace unos 30 ó 40 años. Son unas actuaciones ilustrativas, interactivas y muy divertidas.
En una visita por las calles del pueblo se encuentran infinidad de ejemplos de construcciones tradicionales de granito como casas con puertas de cuarterones y ventanas minúsculas, corrales y pajares, pilas y poyos, antiguos hornos, etc. En el apartado de construcciones modernas, hay que destacar que tenemos un edificio multiusos espectacular de piedra y metal, una oficina de turismo y centro de recepción de visitantes también de granito y madera y también de piedra, y siguiendo el mismo estilo, una fuente y la parada del autobus.
Además somos un pueblo donde nos gusta guardar las tradiciones. Algunas se han perdido ya (o de momento) y otras se mantienen o se han recuperado, como la quema de las bolagas en Nochevieja o la clásica matanza.
Para quien nos quiera visitar, señalar que disponemos de tres casas rurales, cuatro bares, un restaurante, dos tiendas de alimentación, una farmacia y una gasolinera.
Sólo me queda decir que LO NATURAL ES VENIR a Trabanca.
Trabanca ha crecido mucho en los últimos años, por lo menos a nivel de repercusión mediática. Era un pueblo que era difícil de ubicar y que no sonaba a nadie y ahora todo el mundo habla de él porque se han hecho y se están haciendo muchas cosas. Es un pueblo dinámico y dinamizador del entorno. Tenemos una Feria de Artesanía en Semana Santa, una Feria Agroalimentaria en agosto, un mercadillo portugués (La Cuenta) cada primer domingo de mes, somos la sede de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero-Douro, se organiza una marcha ecocultural el último domingo de octubre, ... Ello hace que muchísima gente acuda a conocernos y procuramos que se vayan contentos.
Trabanca es la puerta de las Arribes del Duero y tenemos los paisajes característicos en las inmediaciones del río Tormes. Todo el entorno está lleno de robles, encinas, quejigos, tomillo, escobas, ... y en la fauna destaca un importante número de buitres leonados que habitan en las escarpadas laderas del río, pero además hay jabalíes, oropéndolas, nutrias, conejos, perdices, aguilas, alimoches, rapaces nocturnas, ...
También disponemos de un parque temático de construcciones tradicionales, que incluyen reconstrucciones de chozos de pastor, arrimaderos, pocilgas, chiviteros, establo, potro de herrar, carros, pozo y charca (éstos tres últimos originales) y no muy lejos se puede visitar la fragua del pueblo. Destacar que tenemos unas Visitas Teatralizadas de estos dos recintos donde actores reproducen el modo de vida de un pueblo como Trabanca hace unos 30 ó 40 años. Son unas actuaciones ilustrativas, interactivas y muy divertidas.
En una visita por las calles del pueblo se encuentran infinidad de ejemplos de construcciones tradicionales de granito como casas con puertas de cuarterones y ventanas minúsculas, corrales y pajares, pilas y poyos, antiguos hornos, etc. En el apartado de construcciones modernas, hay que destacar que tenemos un edificio multiusos espectacular de piedra y metal, una oficina de turismo y centro de recepción de visitantes también de granito y madera y también de piedra, y siguiendo el mismo estilo, una fuente y la parada del autobus.
Además somos un pueblo donde nos gusta guardar las tradiciones. Algunas se han perdido ya (o de momento) y otras se mantienen o se han recuperado, como la quema de las bolagas en Nochevieja o la clásica matanza.
Para quien nos quiera visitar, señalar que disponemos de tres casas rurales, cuatro bares, un restaurante, dos tiendas de alimentación, una farmacia y una gasolinera.
Sólo me queda decir que LO NATURAL ES VENIR a Trabanca.
lunes, 6 de diciembre de 2010
Matanza
Esta vez no tocaba visitar ningún pueblo. Esta vez había que digitalizar una costumbre común en toda la zona, supongo que con sus particularidades en cada población: la matanza. El día 1 de diciembre fue el día elegido.
Para mí, una chica de ciudad, era una experiencia nueva. El primer paso es matar al cerdo con el cuchillo, que afortunadamente en esta matanza fue un proceso rápido y certero. Luego, una vez muerto, se le cortan las orejas y las manos que pasan a ser escaldadas y limpiadas por las mujeres. Mientras, los hombres se dedican a chamuscar, raspar y limpiar al marrán antes de subirlo al tajo para ser descuartizado.
Una tarea esencial es el de tomar unas muestras del animal y llevarlas al veterinario para que las analice y de la autorización para el consumo de esa carne.
La matanza del cerdo es una costumbre donde se ven claramente diferenciadas la separación de tareas por sexo: los hombres son protagonistas en esta primera parte de la matanza, que requiere fuerza para el manejo del cerdo, pero luego toman el mando las mujeres en la limpieza de las tripas, en el picado y adobo de la carne, en el embutido en las tripas para los salchichones, chorizos, farinatos, gorduras, ... asi como la parte logística de preparar los utensilios y la comida de los participantes.
La matanza antiguamente suponía un gasto grande de agua y el día anterior mujeres y chiquillos se encarban de ir trayendo agua en cántaros desde los pozos, caños, etc. Otra opción era ir a los regatos a lavar las tripas con el frío que suponía para las manos de las mujeres. Ahora el trabajo se ha facilitado un poco con el agua corriente y porque lo hacen con agua calentada a la lumbre. Aunque ello no hace que sea un trabajo fácil.
La matanza es un proceso que lleva un par de días porque la primera noche se deja la carne en adobo y se hace el embutido el segundo día.
Es una costumbre que reune a la familia y amigos en el trabajo pero también en el almuerzo y la comida. Ello invita a las bromas, los chistes, recordar anécdotas, ...
Por ejemplo, me contaron que se ha perdido la tradición de "tirar el tiesto", que era que los chavalillos del pueblo acudían a donde había una matanza a tirar piedras, tejas, un tiesto ... para que salieran y les hiciesen correr o les dieran algo de la probadura.
Son jornadas de trabajo pero también de fiesta. Yo tras esta experiencia pensaba que a lo mejor me hacía vegetariana, pero no, las chichas estaban divinas.
Para mí, una chica de ciudad, era una experiencia nueva. El primer paso es matar al cerdo con el cuchillo, que afortunadamente en esta matanza fue un proceso rápido y certero. Luego, una vez muerto, se le cortan las orejas y las manos que pasan a ser escaldadas y limpiadas por las mujeres. Mientras, los hombres se dedican a chamuscar, raspar y limpiar al marrán antes de subirlo al tajo para ser descuartizado.
Una tarea esencial es el de tomar unas muestras del animal y llevarlas al veterinario para que las analice y de la autorización para el consumo de esa carne.
La matanza del cerdo es una costumbre donde se ven claramente diferenciadas la separación de tareas por sexo: los hombres son protagonistas en esta primera parte de la matanza, que requiere fuerza para el manejo del cerdo, pero luego toman el mando las mujeres en la limpieza de las tripas, en el picado y adobo de la carne, en el embutido en las tripas para los salchichones, chorizos, farinatos, gorduras, ... asi como la parte logística de preparar los utensilios y la comida de los participantes.
La matanza antiguamente suponía un gasto grande de agua y el día anterior mujeres y chiquillos se encarban de ir trayendo agua en cántaros desde los pozos, caños, etc. Otra opción era ir a los regatos a lavar las tripas con el frío que suponía para las manos de las mujeres. Ahora el trabajo se ha facilitado un poco con el agua corriente y porque lo hacen con agua calentada a la lumbre. Aunque ello no hace que sea un trabajo fácil.
La matanza es un proceso que lleva un par de días porque la primera noche se deja la carne en adobo y se hace el embutido el segundo día.
Es una costumbre que reune a la familia y amigos en el trabajo pero también en el almuerzo y la comida. Ello invita a las bromas, los chistes, recordar anécdotas, ...
Por ejemplo, me contaron que se ha perdido la tradición de "tirar el tiesto", que era que los chavalillos del pueblo acudían a donde había una matanza a tirar piedras, tejas, un tiesto ... para que salieran y les hiciesen correr o les dieran algo de la probadura.
Son jornadas de trabajo pero también de fiesta. Yo tras esta experiencia pensaba que a lo mejor me hacía vegetariana, pero no, las chichas estaban divinas.
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