martes, 11 de septiembre de 2012

Bogajo

El pasado 17 de agosto unos amigos pasaban por Ciudad Rodrigo hacia Portugal y decidimos quedar en terreno neutral y enseñarle alguno de los encantos de la provincia de Salamanca. Escogí San Felices de los Gallegos que es Conjunto Histórico Artístico y lo conozco bien gracias a una de sus lugareñas, Pamela.
Pasamos una mañana muy agradable allí y en la cercana Lumbrales. Increible paisaje, patrimonio a raudales, buena compañía y excelente comida.

Pero uno de mis amigos tenía un amigo en Bogajo y cómo estando tan cerca no iba a visitarlo ... Les avisé que no iba a ser posible eludir la merienda ya que los salmantinos tienen/tenemos siempre preparado el plato con el embutido y el queso... Y así fue.

Conocimos a Juan y a Cristina. Encantadores. Primero la merienda y luego un agradable paseo para conocer Bogajo.

Encontramos en el recorrido fachadas verdaderamente curiosas como la de la foto y algunas casas antiguas que se han restaurado para su uso respetando fachada e incluso descubriendo detalles escondidos...

Vimos y visitamos corrales típicos, huertos con su pozo, los antiguos lavaderos, las antiguas escuelas, ...
Por supuesto el edificio del ayuntamiento con su plaza, cuyo suelo tiene un botón charro dibujado, y el clásico árbol alrededor del cual antiguamente se reunían para tratar los asuntos importantes del pueblo. Desgraciadamente, según nos contaron, el árbol original (antiquísimo) murió y fue sustituido por actual.

A mí en particular me llamó la atención la iglesia. Estaba cerrada y sólo vimos el exterior. Tiene una explanada enlosada alrededor enorme con bancada corrida alrededor y un par de detalles que hay que destacar:
- En la foto veis la puerta de lo que actualmente es una pequeña capilla pero por lo tallado en el dintel yo diría que fue en su  momento la huesera de los enterramientos de dentro de la iglesia.
- El otro detalle es una especie de puerta tapiada que hay en un lateral con una pequeña abertura.No estoy segura pero parece una celda de emparedamiento. El emparedamiento voluntario fue una costumbre practicada por mujeres hasta bien entrado el siglo XIX, en iglesias, cementerios u oratorios de toda España. Con frecuencia, viudas de cierta independencia económica o chicas jóvenes, que ante la necesidad de protección y sustento decidían recluirse al amparo de la Iglesia, en dependencias anexas a los templos, oratorios y parroquias, construídas para ello.

Visitar Bogajo me hizo recordar que todos los pueblos, por pequeños que sean, tienen algo interesante y original que descubrir.

jueves, 26 de abril de 2012

Aldeadávila con compañeros

Una tarde en Aldeadávila de la Ribera 

Nunca he conseguido celebrar en Salamanca el Lunes de Aguas y en compensación algunos de los compañeros hemos organizado una comida-cena en Aldeadávila el viernes siguiente.
Como ha salido un día muy ventoso y frío hemos comido en casa en lugar de en el campo pero luego nos hemos ido de excursión para conocer algunos rincones interesantes de este pueblo de Las Arribes del Duero, de hecho es considerado "El Corazón de Las Arribes". 


En nuestro recorrido estuvimos en el Mirador del Salto, en el Poblado de La Verde y en la Playa del Rostro. Pero Aldeadávila tiene mucho más que ver: la iglesia de El Salvador con su torre de 46 metros de altura y que anteriormente fue una atalaya defensiva, el mirador de la Virgen María Auxiliadora, la iglesia de Corporario, la ermita del Santo Cristo del Humilladero, la ermita de La Santa o la ermita de San Sebastián.
Pero el Duero es la estrella, con sus cañones, sus altísimos miradores naturales que permiten observar el majestuoso vuelo del águila real, buitre leonado, alimoche, cigüeña negra, etc. No se puede pasar por Aldeadávila sin visitar alguno de los siguientes miradores: El Picón de Felipe, El Mirador del Fraile, El Picón de Mariota, Rupitín, Lastrón y/o Rupurupay.




Junto al Duero, en lo más profundo de Las Arribes podemos visitar Santa Marina La Verde, en el poblado de Iberdrola, donde el clima meseteño se transforma en clima mediterráneo, dando calor a los naranjos, limoneros, cerezos, ... que junto a otras especies configuran un auténtico vergel arropado por los altísimos farallones graníticos.
Desde estos parajes los cabreros de antaño vigilaban sus rebaños de cabras. En el Ecomuseo de Las Majadas Arribeñas se pueden conocer la vida y costumbres de estas familias. 





También hay que destacar que Aldeadávila dispone de una importante oferta de alojamientos con un albergue municipal (La Noria), centros de turismo rural, hostal, hotel, posada real, casas rurales, , ... Hay también restaurantes, bares, oficina de turismo, etc. Destacando las rutas en barco por el Duero que realiza la empresa "Corazón de Las Arribes". 
Os dejo algunas imágenes para que os hagais una idea de lo que tiene este pueblo y vengais a verlo.